No nacimos con alas, mujer, pero sí nacimos libres. No totalmente, pero sí para querer, sí para amar, para creer, para crear, y así te quiero, en libertad.
Así que puedes caminar, correr, viajar, que aquí estaré a tu regreso para volverte amar.
Suelta mí mano sin vacilar, no temas y quieras voltear, que yo aquí estaré por si quieres bailar.
Serena esa locura, calma esos celos de poca cordura, no creas en tus sueños nocturnos, te amo a pesar de los tiempos oscuros.
Es menester informarte, mujer, que fui libre para amarte y tú libre para yo cortejarte. Si me amaste caminante y yo a ti por tu luz brillante, no pongamos cadena, no hagamos que este amor parezca una condena.
En lo que a mí concierne, te amo tomados de la mano o lejos aunque no esté a tu lado.
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