Ellos nunca se conocerán. Él no sabrá lo que es despertar en el cielo de su perfume y el olor de los hot cakes recién horneados por la mañana. Ella tendrá que comprar más bufandas porque en el frío invierno, no tendrá los brazos de él para cubrirse. Él no sufrirá cuando ella le diga de su intercambio para ir a estudiar un año a Francia y el corazón de ella no se resquebrajará al pensar en la infidelidad de él. Ellos jamás se hundirán en el cálido placer de una charla pueril ni morirán de asfixia en el cenit de miles de besos, resucitando en los ojos del otro al caer cansados en el borde de una cama, porque ellos nunca se conocerán. Él no sabrá cuál es el color favorito de ella y ella jamás se pondrá la playera de fútbol del equipo favorito de él.
No, ellos jamás se conocerán.
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